El sábado fuímos a una fiesta, ¿te acuerdas? de todo no, mejor así. Tomabas cervezas, y en El Cairo tomaban las calles. Cuando se acabaron las latas y los litros atacaste la Ginebra y ellos los tesoros de Tutankamón. Bien entrada la madrugada ambos escenarios eran desoladores. Heridos por las calles, personajes hablando solos en el salón, saqueos de comercios allí y de copas abandonadas aquí. Una pareja, sobre un suelo mojado y sucio, bailan desquiciados.
Se acaba nuestra fiesta y continúa la de Egipto.
Not everybody understands: the mummies, inside, are empty. They are dust and dry carrion, nothing more. Beneath the ancient bandages, rotten, faded and moth-eaten, there’s nothing at all. Everything is presence and legends, imposed by fear and superstition, they ruled for centuries. Luckily more and more are realizing the immense fraud and run behind them to grab one of the many ribbons hanging from what was it’s body and pull hard to undo.
The mummies are crumbling and dust rags and remnants of what was once a body is mixed with sand. Gone forever.