Los amigos están para ayudar y más en momentos de crisis. Elena, propietaria de Planthae, gabinete botánico en el barrio de Lavapiés, puso a mi disposición todo su stock, que ni protestó ni se movió un milímetro mientras posaba. Una tarde alternando témperas con alguna cerveza blindaron mi autoestima y mis miedos, gotas concentradas de veneno amargo, se disolvieron en un río Amazonas imaginario que discurría por mi imaginación. Río que yo remontaba desde hacía semanas y que tras etapas oscuras y turbulentas por fin salía el sol en un remanso de aguas tranquilas.