Las personas somos pueblos, a ser posible tranquilos y apacibles. Un hombre y una mujer en dos vistas, una de lado, la mujer, otra desde arriba, el hombre.
Caminos y carreteras recorren el pueblo y sus alrededores. Se accede a la playa mayor por un arco. Allí está el ayuntamiento. Bajando llegamos al pulmón de la localidad, un parque en cuyo centro existe un templete que hace las veces de corazón.
El pueblo vive gracias a la industria ubicada más abajo y de ella un camión de la basura sale por donde se suele salir en esas ocasiones.