Me acerco galopando a los 50 y si no me ligo al tiempo y lo pongo a mi favor, se puede volver en contra. Decidí al cumplir 49 que mi próxima década, a pesar de todo, iba a ser la mejor de mi vida.
Como, en honor a la verdad, mi vida no ha sido mala, esta década se va a tener que esmerar conmigo.
Me traslado a Colombia en unos meses.
Quiero desarrollar desde allí mi idea de negocio… Aprenderé a ser extranjera.
Pero antes daré una vuelta por tierras más sureñas. Ha aparecido un hombre que me hace palpitar.
Un enorme trozo de Argentina, un porteño deliciosamente típico.
Los sentidos se despiertan, los sentimientos se alimentan.
Difícil definir.
No voy a devolverle a la vida ni un minuto sin usar.
Y este tango lo quiero alargar.
“Mientras llevas ese ritmo acelerado, los años acompañan aunque no te des cuenta. Y un día te miras al espejo y te preguntas qué has hecho con tu vida, o peor, qué ha hecho tu vida contigo.
Anocheces sin más compañía que tu memoria, claroscuro de calendarios gastados. Las mañanas se desperezan intentando reconocer en el abrazo un aroma distinto al de la almohada.
Y de nuevo te interesa saber qué quieres. Sencilla la respuesta, sorprende: Lo que quieres es amor, lo único que quieres es amor.”
Marga. Barcelona, 17 de diciembre de 2012.