No sé si soy más guapa ni más fea que la del dibujo. Solo tengo claro que soy yo y que me reconozco, por algo que escapa a las facciones y los rasgos y que, probablemente, sea lo que persigue Iván desde su cuaderno de retratos, en ese afán por recuperar un arte que no es solo el del dibujo al natural, sino (yo creo) el de tomarse el tiempo necesario para hacer las cosas. Es lo mismo que intentamos en Nokton Magazine, donde no tenemos dinero, pero sí intentamos tener tiempo, y disfrutarlo. ¡Que viva el slow cost!
http://noktonmagazine.com/
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