Durante más de siete años viví en Lavapiés, barrio popular del centro de Madrid. Un barrio con mucho encanto y personalidad, un lugar diferente para vivir. Famoso por ser desde siempre lugar de encuentro de recién llegados a la capital de España, en un principio de otras regiones del país y desde hace años de muchos lugares del mundo. Actualmente conviven multitud de nacionalidades, culturas y credos.
Una convivencia que en el verano de 2007 se empezó a romper por culpa de la absoluta desatención del Ayuntamiento de Madrid. Calles sucias, contenedores de reciclaje que jamás se vaciaban, vandalismo de fin de semana, peleas, especulación inmobiliaria desmedida, tráfico de drogas tolerado, destrozo del mobiliario urbano y árboles, abusos policiales y como postre una ola de atracos con violencia.
Un grupo de vecinos, harto de la pasividad de las autoridades, decidió pasar a la acción y entre otras muchas acciones repartió por todo el barrio este cartel que yo diseñé. Inventamos las Olimpiadas de Lavapiés, en las que cada deporte es uno de los problemas del barrio. Tanto la idea inicial y los nombres de cada ‘deporte’ son ideas de los vecinos por lo que el cartel tiene una autoría colectiva.
La campaña ‘Lavapiés Olímpico’ fue un éxito mediático absoluto. Portada en algunos periódicos (adjunto la de El Mundo, sección Madrid, del 28 de noviembre de 2007) y comentada en todos los canales de televisión del país. El ayuntamiento tomó medidas y el barrio mejoró un poco, desgraciadamente no todo lo que debería.