Paseando por el campo, rodeado de piedras, las de abajo negras, ásperas y pesadas. Las de arriba, azules, livianas y transparentes. Me llevo dos azules de recuerdo, pero antes de llegar a casa ya se han disuelto en el aire. Lo intentaré mañana otra vez, sí, y si no pasado, y si no al otro, y si no al siguiente…