¡Vuestro suelo es nuestro techo!
empezaron a gritar pequeños grupos del sector medio de la gran estación central, cansados de estar en esa enorme sala espera de color verde e indignados al comprobar que para llegar a los andenes había que pasar por los niveles altos, cerrados y terminantemente prohibidos para nosotros.
Nadie entendía nada, nos habían educado para saber cómo coger el tren, nuestros padres, de jóvenes, habían pasado por esta misma estación y según contaban no tenía nada que ver con lo que estábamos viviendo. Se suponía que teníamos todos los papeles en regla. No dejaba de llegar gente y a nadie se le permitía pasar a los niveles altos para llegar a su andén y su tren correspondiente.
La cosa se hacía más llevadera porque en unas pantallas retransmitían los mundiales, mucha gente estaba pendiente, otros protestaban porque pensaban que así nos entretenían y nos despistaban, pero en el fondo daba igual, con o sin fútbol nadie iba a quejarse mucho y ninguno llegaría nunca a coger su tren.
¿Cómo habían llegado esos pocos elegidos a los niveles superiores? nadie lo sabía. Ellos sí que podían pasar al andén. Algunos esperaban su tren contemplándonos desde arriba con aires de grandeza y cierto desprecio. Yo les entendía, desde mi plataforma había mucha gente observando a los que había abajo con la misma actitud. De hecho corría el rumor que por debajo nuestro había muchísimos niveles subterráneos abarrotados de gente, sin luz y escaleras para poder subir. Se contaba cualquier cosa con tal de pasar el rato y entretenerse. Unos pocos seguían gritando a los de arriba la misma consigna, que de tanto repetirla empezaba a ser cómica.
Realmente no tenía ni tiene ninguna gracia.
Your floor is our roof!
Small groups from the middle sector of the Grand Central Station began to shout, tired of being in this great, green waiting room, and outraged to find that to reach the platforms they had to go through the higher levels, closed and strictly prohibited to us.
No one understood anything, we were educated on how to catch the train, our parents when younger, had gone through the same station, and as they said, it had nothing to do with what we were living. We were supposed to have all papers in order. People kept arriving and no one was allowed to pass to the higher levels to get to their platform and their corresponding train.
The thing was made more bearable because the screens were showing the world cup, many people were atent, others protested because they thought that by being entertained they could distracted us, but ultimately it did not matter, with or without football no one would complain too much and no one would ever get to catch there train.
How had those few elected ones gotten to the higher levels? no one knew. They could get to there platform. Some of them, were waiting for their train viewed us from above with a certain air of grandeur and disdain. I understood them, from my platform, there were many people watching the people below, with the same attitude. In fact the rumor was that there were many levels below overflowing with people, without light and stairs to climb. We talked about anything to pass the time and entertain ourselves. A few were still yelling at the top levels with the same slogan, which when repeated began to be comical.
It really wasn’t and still isn’t funny.