Desde siempre,
somos una panda de payasos, mi generación y las que vienen detrás. Se ríen de nosotros, llevamos así toda la vida. Nos vistieron con un traje enorme para que jamás podamos deshacernos de él. Mide más de 30 metros, la nariz 3 ó 4 de diámetro y está pegada a mi cara, es lo único que se ve de mi cuerpo. Vivo atrapado en un traje tan grande como el ego y las espectativas que hace muchos… años me vendieron.
Atrapados en nuestra payasez eterna lo poco que nuestro atuendo nos permite hacer o expresar es motivo de risas y carcajadas por los que nos rodean.
Sólo hay una pequeña válvula de escape, la margarita que riega con agua. A veces, tras un enornme esfuerzo, conseguimos trucarla y salpicar con nuestra rabia negra y sucia al primero que viene a reirse de nostros. Poco más.
Since forever, we’ve been a bunch of Clowns, my generation and ones that follow. They laugh at us; we have been this way all our lives. They dressed us up with a huge suit so that we will never get rid of it. It has a 30-metre height, the nose has a diameter of 3-or 4 and it is stuck to my face, it is the only visible facial feature. I live trapped in a huge suit like the ego and the expectations that years ago I was sold.
There is only one relief valve from all this: The self-watering Daisy. Sometimes with a little effort we are able to trick the Daisy and splash with our black and dirty rage to the first that comes along to laugh at us. Nothing more.