Los jóvenes europeos tienen un nivel educativo y de formación sin parangón a nivel mundial.
Pero no son capaces de calcular que si saltas del balcón de un sexto piso, te metes un hostiazo por mucha piscina que haya.
Los jóvenes europeos tienen un nivel educativo y de formación sin parangón a nivel mundial.
Pero no son capaces de calcular que si saltas del balcón de un sexto piso, te metes un hostiazo por mucha piscina que haya.